Existen diversos factores que influyen a la hora de que el banco conceda una hipoteca y uno de ellos es la edad del solicitante. A pesar de que legalmente no existe una limitación determinada, los bancos suelen establecer los 75 años como edad límite para amortizar el pago de una hipoteca, aunque hay excepciones.
¿Cuál es la edad máxima para pedir una hipoteca?
Legalmente,
no existe una limitación determinada que establezca una edad máxima para pedir una hipoteca. Sin embargo, por lo general, se establecen los 75 años
como edad límite para amortizar el pago de una hipoteca. Teniendo en cuenta que
las hipotecas más cortas tienen una duración de 10 años, esto significa que
la edad máxima para
pedir una hipoteca son los 65 años.
¿Por qué la edad máxima para pedir una hipoteca son los 65 años?
Cuando el banco nos
presta dinero, lo hace esperando recuperarlo y obtener unos beneficios con
dicho préstamo en forma de intereses. Sin embargo, en el caso de clientes de
más de 75 años, se
considera que son clientes de mayor riesgo. Es decir, clientes
que pueden generar impagos en la devolución del préstamo, por lo que los bancos
no consideran una operación segura conceder una hipoteca que implique que el
cliente vaya a seguir debiendo dinero al banco con más de 75 años.
¿Por qué? Porque se
considera que a partir de esta edad existe mayor riesgo de fallecimiento y, en
consecuencia, de riesgo de impago.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que, con 75 años o más, la mayoría de personas en esta franja de edad dependen de la pensión como única o principal fuente de ingresos, lo que incrementa el riesgo de impago al no poder acceder a una fuente de ingresos como sería un trabajo.
¿Qué otras garantías piden los bancos?
Entre los elementos que
más peso tienen a la hora de conceder una hipoteca cabe destacar los
siguientes:
· Situación laboral y económica
del solicitante: Un contrato fijo y unos ingresos estables son uno de los
principales elementos que los bancos tienen en cuenta a la hora de conceder una
hipoteca.
· Plazos de amortización del
préstamo: Los plazos de amortización también determinan la concesión de
la hipoteca. En este sentido, es más complicado que los bancos aprueben
hipotecas con plazos de amortización que sean de más de 30 años de
duración.
· Capacidad de endeudamiento: Si el
solicitante tiene otros préstamos o deudas a las que hacer frente, esto
dificultará la concesión de la hipoteca.
· Patrimonio y avales: Si el
solicitante cuenta con patrimonio (por ejemplo segundas viviendas) o personas que
avalen el préstamo, será más fácil
obtener la hipoteca.
· Historial crediticio: En el
caso de que el solicitante figure o haya figurado en una lista de morosos será
complicado que el banco dé el visto bueno a la operación.
· Ahorros y tamaño de la hipoteca: Si el
solicitante cuenta con ahorros previos, la cantidad de dinero que pedirá al
banco será menor, por lo que es más probable que la entidad apruebe la
operación. De esta forma, pedir una
hipoteca sin ahorros será más
complicado.
¿Hay hipotecas con plazos de devolución hasta los 80 años?
Existen algunas hipotecas que pueden presentar plazos de devolución que vayan más allá de los 75 años. En concreto, hasta los 80 años. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de plazos de devolución o amortización del crédito.
Esto no significa que la
edad máxima para pedir una hipoteca en estos casos se sitúe más allá de los 75,
sino que, en estos casos concretos, los
plazos de devolución pueden superar este límite establecido.
Por ejemplo, en el caso de hipotecas que se han concedido con edades en torno a
los 60 o 65 y que, en algunos casos concretos, pueden alargar los plazos de
amortización hasta los 80 años.