Muchos hipotecados se
están lanzando a solicitar a los bancos una mejora de las condiciones de sus
préstamos,
ya sea con el objetivo de reducir el tipo de interés que están pagando
actualmente o para cambiar el tipo de hipoteca (por ejemplo, para pasar de un
tipo variable a uno fijo).
Recordemos que buena parte del mercado descuenta que,
en la recta final del año, el Banco Central Europeo (BCE) se verá obligado a
encarecer el precio del dinero, que lleva instalado en el
mínimo histórico del 0,0% desde 2016. Al igual que han hecho otros bancos
centrales como la Reserva Federal de EEUU o el Banco de Inglaterra, la máxima
autoridad monetaria y financiera de la eurozona podría
subir tipos con el fin de frenar la escalada de la inflación. Sería
el primer movimiento alcista desde 2011.
Por otro
lado, y pese a que el euríbor a 12 meses sigue en terreno negativo, ya hay
previsiones que apuntan a que el indicador de referencia para la mayoría de las
hipotecas variables en España podría volver a situarse por encima del 0% este
mismo año.
Pero lo curioso es que los cambios que
se están materializando ante notario en las últimas semanas se están alejando
de las tradicionales subrogaciones, operaciones que consisten en que el
consumidor se lleva la hipoteca a otro banco. En su lugar, los bancos están
apostando directamente por la firma de un nuevo préstamo, en vez de por una
subrogación.
Según el Consejo General del Notariado, en 2021 se llevaron a cabo 36.378 subrogaciones hipotecarias en España (unas 100 al día), con un alza del 15% respecto a 2021. Sin embargo, todo apunta a que las estadísticas referidas a 2022 no van a reflejar el aluvión de cambios que ya se está produciendo en el mercado. De hecho, los datos del INE referentes al mes de enero muestran un fuerte descenso de las subrogaciones (un 40,1% interanual, con apenas 1.730 operaciones registradas en el primer mes del año).
La última oportunidad para conseguir hipotecas megabaratas
Son muchos los organismos y firmas de
análisis que están alertando ya de una pérdida de capacidad adquisitiva de los
hogares como consecuencia de la subida generalizada de los precios. Un
sobrecoste al que se sumará el previsible encarecimiento de las hipotecas.
Por eso, los expertos recuerdan a los consumidores que tienen la última oportunidad de encontrar buenas ofertas en el mercado y lograr una mejora de sus condiciones actuales, sobre todo si están sopesando cambiar su préstamo variable por uno fijo para ganar tranquilidad y cubrir el riesgo del tipo de interés. Es una opción recomendable principalmente para aquellos hogares que no vayan muy holgados de ingresos y que podrían tener dificultades económicas en el futuro, a medida que vaya subiendo el euríbor y, con él, la cuota mensual.
Las hipotecas fijas ya batieron récord de contratación en 2021, con más de 262.000 operaciones y cerca del 60% del total, y en enero de 2022 han alcanzado el 70% de las nuevas operaciones, según el INE. Y todo apunta a que podríamos ver nuevos máximos históricos en los próximos meses. La notaría de Tarragona, al menos, afirma que entre el 90% y el 95% de los préstamos que están firmando actualmente son a tipo fijo.