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Consejos para mejorar el aislamiento de tu vivienda sin perder espacio

Para mejorar el confort térmico del hogar, reducir los precios de las facturas o la contaminación por CO2, una de las mejores soluciones es la instalación de un sistema de aislamiento en casa.


¿Para qué sirve el aislamiento térmico?

Esta solución es bastante oportuna ahora que el precio de la luz bate récords históricos casi a diario, ya que reduce la necesidad de usar otros sistemas tradicionales para estabilizar las temperaturas en casa, como las calefacciones en invierno o los aires acondicionados en verano.  

Tipos de aislamiento

Un tipo de aislamiento es el SATE, sistema de aislamiento térmico por el exterior, la opción más eficiente, ya que mejora los puentes térmicos y durante su instalación no interfiere con los usuarios del edificio ni reduce la superficie útil de la vivienda.

Sin embargo, a veces no es posible alterar la estética de la fachada del edificio o no se disponen de los permisos suficientes, pero perder espacio en el interior de la vivienda no supone un problema. En estos casos, en lugar del SATE podría realizarse un aislamiento térmico por el interior.

Y si se descarta cualquier intervención por el exterior y tampoco se quiere perder espacio interior, también hay solución, el aislamiento térmico por el interior de la cámara o por insuflado.

Aislar una vivienda tiene sus beneficios

La instalación de aislamiento en la fachada, ya sea porque todavía no lo tiene o porque el que tiene es insuficiente, es una buena manera de mejorar la vivienda y la calidad de vida de quienes viven en ella. Y es que su versatilidad hace que pueda adaptarse a las condiciones y necesidades de cualquier hogar. Como hemos mencionado anteriormente, hasta en los casos en los que no sea posible la instalación de aislamiento térmico por el exterior o el interior y cuando el espacio de la vivienda a aislar sea reducido, el aislamiento nos ofrece otra alternativa: instalar aislamiento por insuflado siempre y cuando la fachada de la vivienda tenga cámara de aire y esté en buenas condiciones.

Aislamiento por insuflado

El proceso de insuflado requiere de un proceso de instalación rápido y limpio, si bien se recomienda que lo haga un instalador para asegurarse de que los resultados del montaje se adaptan a las necesidades del usuario y no compromete la estructura del edificio. Para comenzar con la instalación hay que asegurarse de que la fachada dispone de cámara de aire. El espesor total de la fachada, -que puede oscilar entre los 24 y los 28 cm, en caso de fachada vista, o 25-26 y 30, en caso de fachadas con revoco de mortero-, puede medirse con una cinta métrica. En este sentido conviene tener en cuenta que las cámaras de aire en muros de doble hoja cerámica pueden tener entre 4 y 10 cm de espesor, según cuál sea el espesor del trasdosado cerámico. En cualquier caso, es recomendable contactar con un instalador para que realice una cata y verifique el espesor de la cámara y su estado.

El proceso de insuflado puede realizarse de dos maneras: por el interior implica mayor preparación de la vivienda, pero requerirá menor tiempo que por el exterior, pues los taladros se realizarán en ladrillos huecos frente a los perforados con un espesor mínimo de 11 cm que componen el muro exterior. Asimismo, el diámetro de los taladros variará en función del tipo de boquilla que se use, que a la vez dependerá del espesor de la cámara de aire de la fachada. Otras opciones son soplar aislamiento en la buhardilla, sobre el último forjado de una vivienda, entre los tabiquillos conejeros de la cubierta o sobre el falso techo de la misma.

El aislamiento insuflado aporta beneficios al hogar, como sensación de confort térmico -ya que mejora en un 70% la transmisión térmica de las fachadas tradicionales- y acústico inmediato, -ya que mejora el aislamiento al ruido aéreo. Además, su instalación no supone reducir espacio útil en casa y permite que la decisión de su instalación sea independiente. Es más, si el insuflado es de lana de roca, se combatiría el crecimiento de hongos y microorganismos y la fachada ganaría en transpirabilidad, incombustibilidad, resistencia a la termita y sostenibilidad.

Cómo se aísla una vivienda correctamente

Después de conocer si existe o no cámara de aire en la fachada y su estado, conviene preparar la superficie, es decir, dejarla seca, sin humedades por filtración o capilaridad. La máquina de insuflado y los sacos se deben colocar en el exterior de la vivienda, pero protegidos de la lluvia; y la manguera se tiene que llevar por el exterior de la fachada o por la caja de escaleras hasta el interior.

También es importante la forma de taladrar. Los taladros deben realizarse a una distancia de 50 cm de los lados, 1 m desde el suelo y 30 cm por debajo del techo, contando con que la distancia entre filas y columnas de taladros debe ser de 1-1,4m. Terminado el proceso de insuflado, se tapan los agujeros con yeso y una vez seco podría empezar a pintarse.

Por tanto, si lo que se quiere es aislar una vivienda sin quitarle espacio útil ni depender de la decisión conjunta de la comunidad de vecinos, la mejor solución es el aislamiento insuflado. Eso sí, sin olvidar que para garantizar la continuidad del aislamiento deben tratarse los puentes térmicos que haya en la fachada, ya sea en las cajas de persiana o contornos de ventanas y pilares.

Más info: idealista/news